Ciudad monumental por excelencia, con hermosos parques, jardines, bellos edificios, iglesias, torres, calles con encanto… su Semana Santa, la Feria, las romerías, las “velás”… Sevilla limita con las provincias de Málaga y Cádiz al sur, Huelva al oeste, Badajoz al norte, y Córdoba al este
La arquitectura de Sevilla es de gran belleza y variedad. La ciudad ha jugado un papel muy importante en la historia. Por ella pasaron distintos pueblos y culturas y muchos la eligieron como capital de reino. Tras el descubrimiento de América su puerto se convirtió en el más importante de Europa y a el llegaban numerosas riquezas procedentes del Nuevo Continente.
Debido a su importante papel a lo largo de la historia, se construyeron edificios tan relevantes como la Torre del Oro, Alcázar, Ayuntamiento, Archivo de Indias, Palacio de San Telmo, Fábrica de Tabacos…
El número de plazas en hoteles de una a cinco estrellas además de las existentes en hostales y pensiones de todas las categorías, supera las 20.000. Este abanico de opciones hace que Sevilla tenga una oferta hotelera para todos los gustos y precios.
El río Guadalquivir es uno de los elementos más importantes de Sevilla y gracias a él se han instalado aquí muchos pueblos que nos han dejado sus costumbres y cultura. El río está atravesado por puentes de diferentes estilos construidos en distintas etapas de la historia de la ciudad.
El carácter alegre y amable del pueblo sevillano es un reflejo de su saber vivir, del saber disfrutar de cada día, de la calidez de su clima y de su gente. Un pueblo que acoge a quien lo visita y enamora a quien lo conoce, que invita a formar parte de sus costumbres, de sus tradiciones, de su forma de vida.
Sevilla es un pueblo que acostumbra a expresar sus emociones a través de manifestaciones populares, en las que todos participan con gran ilusión y entusiasmo. Es por ello que a lo largo del año se suceden numerosos acontecimientos y celebraciones de toda índole: religiosa, cultural, gastronómica.
Un paseo a la luz de la luna bajo un cielo lleno de estrellas con aroma a jazmín, claveles y rosas. Calles, plazas y jardines de belleza andaluza, cargadas de historia y leyendas que inspiraron a poetas y trovadores. Palacios, estancias y entornos en los que vivir las mil y una noches, tras una puesta de sol a la cálida luz del sur.
Sevilla te brinda infinitas posibilidades de pasar una estancia inolvidable con veladas apasionadas y visitas románticas, entre hermosos paisajes naturales y una riqueza monumental, artística y gastronómica sin igual.
Llegada la primavera, se celebra una de las fiestas religiosas más destacadas, la Semana Santa, donde impresiona y emociona ver el fervor religioso de las distintas cofradías.
El verano es la estación del flamenco, con festivales de renombre internacional como "La Reunión de Cante Jondo" de La Puebla de Cazalla o el "Festival de Cante Jondo ‘Antonio Mairena’" en Mairena del Alcor.
Sevilla es la cuna del toro bravo, en sus campos se forjaron las primeras ganaderías de lidia y comenzó hace siglos la cría y selección de este animal único en el mundo.
Si eres un amante de la naturaleza, la provincia de Sevilla encierra una gran riqueza en la inigualable variedad de sus parajes naturales, en los que podrás practicar un amplio abanico de actividades al aire libre y escoger entre las que más se adapten a tus preferencias y posibilidades.
Gastronomia
Sevilla te brinda la oportunidad de sentarte a comer a mesa y mantel, disfrutar de los mejores platos tanto tradicionales como de autor, de una buena sobremesa, en los restaurantes de la ciudad así como en los de sus hoteles.
La gastronomía sevillana es una de las más ricas de nuestro país y esto no es ningún secreto. Se encuentra en un continuo proceso de adaptación a las nuevas demandas, incorporando las nuevas culturas, deseos y necesidades de sus clientes, ofreciendo en cada momento las mejores elaboraciones culinarias y asegurando la calidad en los productos y alimentos utilizados, así como una perfecta atención y trato humano.
Por supuesto basada principalmente en la dieta mediterránea, haciendo uso de los géneros de primera calidad que afortunadamente nos ofrece la zona en la que vivimos. La cercanía a las sierras y a las costas hace que nuestra gastronomía sea tan variada.
El tapeo
El Tapeo es una buena costumbre que forma parte de nuestra cultura y es bien conocida por todos los que nos visitan. La variedad y la cantidad es establecimientos es incontable, cada barrio tiene sus sitios especiales para tomarse unos caracoles o unas tortitas de camarones. En los grandes restaurantes también se puede tapear, existiendo habitualmente una zona de barra para tal fin.
Irse de tapas te da la ocasión de ir disfrutando y probando en diferentes establecimientos, diferentes especialidades culinarias ya que se sirven en pequeñas porciones. Es muy agradable, te puedes tomar una “pringá“ en un sitio e irte a otro a probar las espinacas con garbanzos, sin dejar de pasar por otro para no dejar de tomarte un “pescaíto“ frito.
Mención especial también merecen sus dulces, las tortas de aceite, los pestiños y torrijas en Semana Santa y los dulces de convento especialmente en Navidad.
Ir de Compras
Otro de los aspectos que representan a nuestra ciudad es la larga tradición comercial que se ha ido desarrollando y manteniendo durante siglos.
Sevilla se caracteriza por su industria artesana protagonizada principalmente por la cerámica y la alfarería. Las primeras labores datan de la época neolítica, aunque es en la etapa musulmana cuando adquieren una personalidad propia, enriquecida más tarde por técnicas y fórmulas de estilos clásicos. De este modo podemos encontrar desde motivos decorativos de origen islámico hasta trazados barrocos del s. XVIII, pasando por clásicos diseños italianizantes del s.XVI.
La producción de cerámica artística se localiza en el barrio de Triana y se inicia en la época islámica. Los ceramistas hispanomusulmanes aportaron el vidriado y su aplicación a la arquitectura en fachadas, solerías, zócalos y techos. Posteriormente, el mudéjar adoptó técnicas orientales que constituyeron la base del estilo local. De este modo, comenzaron a realizarse mosaicos y azulejos, predominando las obras pintadas a mano con motivos populares. Sorprendentemente, hoy en día muchos de estos ornamentos siguen siendo los protagonistas principales en un sinfín de calles, edificios, patios e, incluso, bodeguitas o restaurantes de nuestra ciudad.
La riqueza del Valle del Guadalquivir en barros y arcillas también tiene su aplicación doméstica y agraria, gracias a la producción por parte de los alfareros de elementos típicos de nuestra tierra, como los cántaros o botijos, en un principio más funcionales que decorativos.
Hay que destacar también las piezas artesanales de La Cartuja, firma fundada en 1839 por Charles Pickman.
Artículos como mantones, mantillas, bordados, encajes, abanicos, instrumentos musicales, objetos de guarnicionería, trajes de flamenca y complementos, etc. son ejemplos de la artesanía sevillana.
Los mantones son una prenda muy utilizada en Sevilla en acontecimientos especiales que tienen lugar durante la noche. Podemos verlos en la Feria y en muchas bodas.
En Sevilla hay mucha tradición de utilizar las mantillas. Se usan en Semana Santa cuando las mujeres sevillanas se visten de mantilla el Jueves y Viernes Santo; también las usan mucho las madrinas en las bodas, incluso muchas novias sustituyen el tradicional velo por esta prenda.
Muchos de los abanicos, tan utilizados en nuestra ciudad, son pintados a mano.
Mucha importancia tiene el traje de flamenca, que es el único traje regional que esta sujeto a modas, y sus complementos, cuya función es realzar el traje (pendientes, collares, pulseras, broches, mantoncillos, zapatos, flores, peinetas) van todo a juego con el mismo.
En Sevilla la artesanía también está muy vinculada a la Semana Santa, gracias a la cual se siguen manteniendo algunos oficios artesanales. Es el caso de los talleres de bordado en oro, la orfebrería, la ebanistería, la imaginería o la cerería. Es de destacar la reproducción en pequeño tamaño de las imágenes religiosas más famosas, con fines decorativos.
Sevilla es una ciudad con multitud de opciones para las compras, desde comercios tradicionales, hasta centros comerciales o grandes almacenes. Pero es en los distintos mercadillos repartidos por la ciudad en los que se disfruta de una experiencia diferente y podemos encontrar artículos difíciles de hallar en otros lugares. Sellos, monedas de la época romana, bisutería e incluso obras de arte, todo cabe en estos espacios.
Mercadillo de Arte
Horario: Domingos por la mañana
La Plaza del Museo, que toma su nombre por estar situada frente al Museo de Bellas Artes de Sevilla, se llena de aficionados al dibujo y la pintura, profesionales que exponen sus obras y curiosos en busca de arte. En calles aledañas como la de San Vicente, han florecido las galerías de arte al albor del gran museo sevillano.
Mercadillo de Bisutería y abalorios
Horario: Jueves, viernes y sábados
Se sitúa en la Plaza del Duque, uno de los lugares más concurridos del centro histórico, en parte por localizarse frente al edificio de unos grandes almacenes y contar con una gran parada de taxis. En este mercadillo encontraremos prendas, bisutería y objetos de marroquinería.
Mercado de Coleccionistas (sellos, monedas, etc.)
Horario: Domingos por la mañana
Tiene lugar en la Plaza del Cabildo, una pequeña plaza semicircular a la que se puede acceder por la Avenida de la Constitución. Encontraremos objetos antiguos, artículos de numismática y de filatelia, pero también dulces de todos los conventos de la ciudad.
No podíamos olvidar la importancia que para cualquier centro urbano tienen los mercados, ya que se consideran una de las actividades económicas propias de la ciudad a la vez que se convierte en parte de la actividad turística de esta.
Desde sus orígenes, Sevilla se presenta como una ciudad de gran importancia económica y con un creciente papel en el comercio internacional, por lo que además de abastecer a su población también distribuye mercancías desde y hacia mercados internacionales. Además Sevilla es una ciudad bastante extensa y poblada lo que contribuye a potenciar su abasto y a imponer un complejo sistema de mercados.
La tradición de estos mercados es bastante intensa. Principalmente existían mercados en los que se vendían prácticamente todos los artículos de primera necesidad: pan, verduras y hortalizas, pescado, vino, etc. También existían los especializados en un producto: carnicerías, pescaderías, etc. y otros que actuaban como centros redistribuidores a los pequeños comerciantes.
La calidad y el sabor de la gastronomía sevillana empiezan en estos lugares para el disfrute de la vista y el paladar. Algunos de los más representativos y cercanos a la zona monumental son:
Mercado del Arenal
Es el mercado central de uno de los barrios más antiguos de Sevilla, una zona que ha estado siempre ligada al puerto de la ciudad y que tuvo un papel protagonista en la época del comercio con las Indias. Se realizan cursos de cata de vinos y acoge el único puesto de productos de alimentación vegana de los mercados sevillanos.
Mercado de la Encarnación
Situado en el Espacio Metropol Parasol (Plaza de la Encarnación), es el mercado más moderno de Sevilla.
Mercado de Triana
Cuenta con una posición privilegiada, lo encontramos al final del Puente Triana (o puente de Isabel II) si accedemos desde Sevilla a este icónico barrio. Es, junto al mercado de la Encarnación, mucho más que una plaza de Abastos, pues bajo él se encuentran los restos del Castillo de San Jorge.
Mercado de la calle Feria
Pegado a la iglesia de Omium Santorum, data del siglo XVIII es uno de los más antiguos de la ciudad, con solera y buen ambiente.
Todo ello conforma una completa y variopinta oferta de posibilidades, que no es más que el fruto de la convivencia de los más diversos pueblos y del desarrollo mercantil que Sevilla ha ido experimentando con el paso de los años. Dicha variedad de culturas que ha conocido la ciudad desde sus inicios, ha ido forjando la multiplicidad de la más larga tradición comercial, especialmente caracterizada por su estilo y personalidad propias.